Desde hace dos años aproximadamente, Oscar “Cahi” Chida viene trabajando en un proyecto personal al que denominó “Cachimundo Village” y que consiste en brindarle al pueblo de Carabelas servicios clave para el confort y el tiempo de ocio. Así, el complejo abarca distintos emprendimientos, como una cafetería, una residencia para adultos mayores, una pileta climatizada y un hotel con cuatro habitaciones.
“El proyecto surge como una inquietud. Yo nací en Carabelas y, después de haber vivido en distintos lugares, regresé y me surgió abrir una cafetería, ya que no había en nuestro pueblo un lugar donde desayunar o merendar”, contó Oscar a Democracia, y amplió: “Entonces primero apunté a una cafetería, con pastelería de primera, la que llamamos 'La histórica ochava'. Empecé con una amiga, Natalia Figueroa, que es pastelera y que incluso estuvo trabajando con Maru Botana”.
A su vez, explicó que el lugar es netamente una cafetería para desayunar o merendar, ya que no venden alcohol ni hacen comidas. “Tratamos de no chocar con nadie y, de paso, darle mucho sentido de pertenencia a la cafetería”, sostuvo Chida. Así, de a poco, comenzó a gestarte este gran proyecto que siguió con la adquisición de un terreno contiguo al local, en el que antiguamente funcionaba una confitería donde paraba el colectivo y se vendía café.
Allí instaló una especie de “hotel” con cuatro habitaciones que hasta el día de hoy se está terminando de acondicionar.
“Por otro lado, mi papá tenía una tienda que está entre la cafetería y mi casa. Entonces, en ese lugar hicimos una pileta climatizada donde se dan clases de aquagym, natación inicial y talleres de kinesiología”, detalló Oscar y agregó que “todo esto está en proceso de mejora continua, ya que aún falta para tener todo como me gustaría”.
Por último, el proyecto se completa con cuatro casas prefabricadas que formarán parte de una residencia para personas de la tercera edad. La misma está proyectada para albergar a 12 personas e incluye un SUM, comedor general y asistencia de personal especializado.
Cabe resaltar que todo el complejo es de inversión privada y que, según Oscar, en unos dos años más va a estar todo equipado como le gustaría. “Por ahora nos manejamos con mucho público local y con el boca a boca ya que aún estamos armando todo lo que es el desarrollo publicitario y las redes sociales”, explicó Chida y completó: “La verdad es que estamos muy contentos con todo lo logrado hasta ahora, porque pensamos que no iban a venir muchas personas; sin embargo en Carabelas hacía falta un lugar así”.
En ese sentido, relató que los distintos grupos de amigos y familias encontraron un lugar donde compartir, estudiar o simplemente pasar un lindo rato. “A veces nos vienen a pedir una determinada cosa por su verdadero nombre, y eso quiere decir que lo consumieron en alguna parte. Hoy, lo pueden hacer en su mismo pueblo” y sumó: “La mayor parte del público que viene es de acá. Por ahí, por ejemplo, vienen profesoras o maestras de afuera que siempre se dan una vueltita o gente que anda de paso, pero yo me asombro de la gente del mismo pueblo que viene asiduamente”.
En esa misma línea, resaltó: “Hoy en todo el complejo trabajan 10 personas, pero además de manera indirecta les damos empleo a muchas más, ya sea en el rubro construcción o servicios”, y expuso: “Aún no tuve contacto con el Municipio, ni con el área turística ni comercial. Esto es un emprendimiento 100% privado, pero quizás más adelante sirva para impulsar o armar algo más”. Así, comentó que muchos le piden una sala de convenciones, algo que es un bueno proyecto a futuro, pero que la inversión sería demasiada alta.
Por último, Oscar dijo: “Creo que será difícil recuperar la inversión hecha hasta ahora, pero sí estoy muy contento con todo lo generado. Primero, porque fue un desafío y, después, porque creo que era algo muy necesario para nuestro pueblo.
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